Magna de San Miguel es una cerveza con cuerpo y bien balanceada perfecta para maridar con esas propuestas llenas de sabor como los pimientos de Padrón, un producto gallego con denominación de origen que da mucho juego ya que “unos pican y otros no”.
Magna de San Miguel está inspirada en el estilo Helles Exportbier, propio de las cervezas alemanas para el Cervecista que busca mayor intensidad y que quiere disfrutarla a diario.
Su sabor equilibrado hace que sea muy versátil a la hora de combinarla con platos de nuestra gastronomía, donde no pueden faltar esas tapas típicas de nuestros bares, como las patatas bravas o la ensaladilla rusa.
Uno de nuestros manjares gastronómicos con los que resulta perfecta esta cerveza con cuerpo de amargor moderado es con los pimientos de Padrón, un producto con denominación de origen y cuya procedencia es gallega.
En la actualidad estos pimientos se cultivan en multitud de lugares, pero los que se consumen fuera de sus meses de recolección (entre mayo y octubre) casi con seguridad no son gallegos.
Lo normal es pedirlos como aperitivo o en ración, pero si nos apetece servirlos y disfrutarlos con un plan en casa acompañados de unas cervezas, quedaremos muy bien haciendo las veces de anfitrión.
Pimientos de Padrón, un aperitivo con denominación de origen
Los pimientos de Padrón son una variedad pequeña, curiosa y deliciosa de la comunidad autónoma de Galicia.
Los más auténticos se cultivan desde el mes de mayo, y dependiendo de la meteorología, su mejor momento es el verano.
Se conocieron por primera vez en España desde el siglo XVII, cuando los monjes franciscanos del convento de Herbón (comarca por excelencia que los cultiva y que pertenece a la localidad de Padrón) importaron las semillas y las trajeron desde el estado mexicano de Tabasco.
Objetivamente son complicados de conseguir porque esta región es pequeña y tiene hasta su propio Consejo Regulador para conservar su denominación y preservarlos del fraude que existe actualmente.
Fuera de esta zona están los “pimientos tipo Padrón” que sin duda no son iguales que los auténticos.
Unos pican y otros no ¿Por qué?
La eterna pregunta que se hace cualquier persona amante de este aperitivo es por qué los pimientos de Padrón, unos pican y otros no.
La culpa de ello se debe a la “capsicina”, una sustancia que genera el propio pimiento frente a determinadas condiciones climatológicas extremas como el calor, y que curiosamente produce y hace que unos pimientos sean picantes y otros no.
El juego, la incertidumbre y la gracia que dan, es decir, saber realmente cuáles pican y cuáles no antes de degustarlos, esto sí que es un misterio, porque aunque todos parecen iguales, la sorpresa está en su interior.
Existen varios mitos en torno a que los pequeños pican menos, o que los más retorcidos pican más, pero no hay una norma y cualquier ejemplar nos puede hacer pasar un mal momento.
Magna de San Miguel y pimientos de Padrón
Para disfrutar del regusto característico de estos pimientos dorados en aceite de oliva con toque de sal, o picante (si es que nos toca), una buena opción es acompañarlo con Magna de San Miguel, muy equilibrada y sometida a un cuidado proceso de lupulación en tres tiempos, que nos permitirá disfrutar de todo su sabor.
El carácter aromático de las frutas blancas y maduras de esta Helles Exportbier, con sus notas herbales del lúpulo fresco y de malta tostada, serán una experiencia única para compartir y dar juego a esta explosión de sabores y sensaciones.