Existen unas reglas mínimas sobre cómo combinar cerveza y comida. Descúbrelas.
¿Te suena la palabra maridaje? El término maridaje hace referencia a la unión, que puede ser de una determinada comida o plato con una bebida, con la intención de realzar el placer en cada trago y bocado. Si bien en un principio el maridaje estaba más ligado a otras bebidas o a la unión de varios alimentos o sabores distintos, actualmente la palabra se ha extendido a multitud de contextos gastronómicos, y ahora cumple un papel fundamental en la cerveza, cuya versatilidad va mucho más allá de unos simples snacks o de la comida rápida.
La sección “Maridajes” cuenta con un amplio listado de alimentos armonizados con multitud de cervezas de distintos estilos que sin duda resultan sorprendentes.
De estas combinaciones armoniosas, cada paladar puede ir descubriendo cuáles son sus maridajes favoritos, porque no existe mejor plan Cervecista que averiguar y comprobar cómo los diferentes sabores de una comida se entremezclan con las características de una determinada cerveza.
Ventajas de maridar con cerveza
La cerveza es muy benévola, por lo que encontrar conexión entre un estilo adecuado acorde a un plato específico convertirá el momento en toda una experiencia gastronómica que cambiará por completo la percepción de una de las bebidas más consumidas a nivel mundial.
Hablamos de una bebida muy versátil, y aunque algunos de sus estilos son más idóneos para conjugar con determinados sabores, será difícil no dar con la cerveza adecuada para cada plato; el truco estará en identificar el “foco” de la cerveza y el del plato.
La cerveza está reinventándose continuamente. Cuenta con multitud de estilos. Estos se recuperan, se reinventan, como en el caso de las craft con las IPA, que permiten explorar que permiten explorar sabores y están dando mucho juego en los maridajes.
Las reglas del maridaje con cerveza
A la hora de maridar con cerveza debemos tener en cuenta una serie de pautas o reglas mínimas:
1. La cerveza que elijamos debe ser un complemento
La selección debe presentar un perfil similar al plato. Es decir, si se elige un postre con frutos rojos, algunas frutas ácidas y de cierto dulzor, pensemos en una cerveza de parecidos matices afrutados como el de algunas weissbier o alguna lambic.
En el caso del chocolate amargo realcemos los sabores con la potencia de una cerveza de estilo porter.
2. Contraste
Contrastar los sabores que transmite la cerveza con los de un plato puede resultar muy agradable. Por ejemplo equilibrar los sabores picantes con algunas cervezas IPA, no muy amargas, o el dulzor de algunos postres con el amargor de las cervezas.
3. Limpiar el paladar
Dentro del maridaje existen una infinidad de cervezas que son perfectas para limpiar el paladar entre bocado y bocado, como en el caso de aquellas que acompañan muy bien con determinadas carnes, donde el amargor y contenido alcohólico jugarán un papel importante. También las cervezas más refrescantes donde la carbonatación y acidez son ideales para cumplir con esta función.